By… Lita
Recomendación musical: Broken Pieces
Oh, I've gotta turn and run
From faces that you've never seen
Oh I've gotta save my blood
From all that you've broken
I hold these pieces of me
Oh, tengo que girarme y huir
de rostros que nunca has visto
Oh, tengo que salvar mi sangre
de todo lo que has roto
sujeto estos pedazos de mí
Lamentablemente ya era tarde cuando me di cuenta de mi error, repase sus caras y me encontré con la terrible sorpresa de que me habían creído, ¿ahora como salía de esto? No podía poner en peligro a nadie más.
-Háblanos más de eso -pidió-exigió Aro, me quede en silencio repasando mis opciones, ¿me necesitaban a tal punto de ser indispensable que podrían dejarme vivir, o podrían remplazarme fácilmente y matarme a mí y a mi familia sin miramientos?
-Fue solo un sueño, no fue nada –conteste malhumorada, no es como si yo les importara y no tenia porque dar explicaciones sobre nada.
En eso llego una chica, vampiro o el fenómeno que sea, estaba con Alexa, recuerdo que me la había presentado antes de que chocáramos, pero no recordaba su nombre y la verdad tampoco me importaba. Pensé que se iba a quedar haciendo guardia en la puerta o algo asi pero en lugar de eso vino directo hacia mí, lo cual no puedo decir que haya sido algo agradable, su rubia melena se sacudía complementando su gesto altanero y superior.
-Parecías bastante convencida, habla de una vez –cerré la boca y alce la barbilla en gesto altanero, esa imitación barata de Jane no iba a darme ordenes, al instante se enfureció pero el tipo corpulento de hace unos instantes fue mas rápido y me estrello contra la pared.
–Con una… habla ya –dijo el mastodonte sacudiéndome, lo cierto era que no la sentía porque el golpe me había dejado bastante aturdida. Intente despejarme como pude.
-¡¡Quítame las manos de encima, Suéltame, monstruo, me das asco!! –dije -mejor dicho, grité- sacudiéndome hasta liberarme y luego señalando a todos grite como una loca -todos ustedes me dan asco y no voy a decirles nada bola de malditos.
-Alguien tiene que enseñarte a respetar escoria humana –dijo la rubia de hace unos momentos, en cuanto se atreviera a tocarme le iba a arrancar su rubio pelo.
-No te atrevas a tocarme bruja malnacida –grite en su dirección mientras sentía como me temblaban los dedos, pero no era por miedo sino por adrenalina.
-Paula, hazme el favor de llevarla a dónde van los que no quieren cooperar –dijo Aro de forma despectiva pero claramente desconcertado por mi comportamiento efusivo.
-Desde luego maestro –dijo ella con un asentimiento, agarro mis muñecas fuertemente pero la ignore y continúe gritando.
-¿Por qué no lo haces tú mismo? ¿Temes ensuciarte las manos? ¿Crees que si menos contacto tengo contigo se me olvidara todo esto? ¿crees que así podrás salvarte de mi don?
Todos se quedaron viéndome con fría indiferencia pero podía ver debajo que estaban atónitos, ni siquiera yo me esperaba reaccionar así, debía de ser el golpe.
-Esto pudo haber terminado bien, yéndonos a casa como si nada hubiese pasado pero ya me harte de pedir que me dejen en paz –gritaba mientras Paula me retenía con fuerza.
-Paula, llévatela ya, seguro que el calabozo la hará reflexionar –dijo Aro, me hubiera gustado ver su rostro para ver si estaba tan despreocupado como se oía.
-Como diga maestro –dijo Paula sacándome de ahí.
En cuestión de segundos la tal Paula me había sacado de ahí, intentaba resistirme pero eso hacía que las muñecas se me laceraran.
-Eres una insolente, Alec debió de haberte ensañado ya cuál es tu lugar aquí, humana –me dijo con asco, como si me importara lo que “eso” pensara de mi.
-Para tu información monstruo si lo hizo pero ya te diste cuenta de lo poco que me importa, a diferencia de ti no me gusta arrastrarme tras los pies de Aro ni de nadie.
Vi los ojos de aquella vampiro y no era nada bueno, veía las ganas que tenia de torcerme el cuello pero paso lo que yo pensé iba a ser un poco más complicado. Mi don.
Era como si yo pudiera ver a través de los ojos de Paula, dentro de su cabeza –definitivamente me estaba volviendo loca- vi lo que por mi don era el momento más terrible de su vida, estaba en medio del bosque y los arboles no filtraban ninguna luz, el cabello de Paula estaba maltratado, su piel tenia magulladuras y estaba tan desaliñada que por un momento pensé que se trataba de otra persona. Ella era perseguida por dos hombres, ambos con ropa de combate, eran guardias, ella tenía una de esas batas que usan las personas enfermas en los hospitales, huía de aquel lugar, aun tenia las intravenosas y estaba descalza, estaba retenida en un laboratorio, un laboratorio con el único fin de investigarla, estudiarla y averiguar qué clase de cosa era ella, su padre lo había construido para que científicos la trataran y descubrieran porque ella tenía ese extraño don.
Ahora venia la contraparte.
Todo a nuestro alrededor se empezó a desvanecer, pensé que solo se trataba de mi pero la cara confusa de Paula me dio a entender que ella también veía lo que pasaba a nuestro alrededor, todas las paredes con estilo clásico fueron reemplazadas por paredes blancas con olor a desinfectante, aparecieron maquinas extrañas y utensilios parecidos a los que había en el laboratorio de química de mi escuela. Termine mi evaluación y vi que Paula ya no estaba conmigo sino en una camilla llena de ataduras con las que difícilmente podía moverse.
-Humana donde estas –me sorprendió su pregunta, es que acaso no me veía, estaba justo enfrente de ella, pero aun así su mirada parecía seguir buscándome. –¿qué es lo que está ocurriendo, como es que llegue aquí? –pregunto asustada y no era para menos…
Tenía intravenosas por todas partes, y las maquinas registraban todo lo que le sucedía. Personas en batas de científico se acercaron con aparatos sacados de una película de terror, cuchillos y pequeños utensilios serrados. Me atravesaron en su caminata hasta la camilla, no me sorprendió saber que era intangible además de invisible. Colocándome a un lado de ellos vi el terror en los ojos de Paula y no tardo en empezar a gritar cuando aquellas personas se empezaron cernir sobre ella. Aparte la vista, no porque me sintiera incomoda sino para asimilar un poco, en verdad ¿yo había hecho todo esto? ¿Era una ilusión o era de verdad? cuando los gritos de Paula cesaron la habitación empezó a distorsionarse hasta que volvimos al pasillo. Voltee para encontrarme a Paula hecha un ovillo, tumbada de lado se abrazaba a si misma mientras concentraba su mirada en algún punto lejano, en sus pesadillas.
Corrí lejos de ella, no era posible que le hubiera hecho algo tan horrible a una persona, bueno ella no lo era, ni siquiera me caía bien, pero eso no importaba, yo no era así, no disfrutaba del dolor de otros, aunque se lo merecieran, Jane era una sádica como Alec y los ancianos Aro y Cayo, y si ejercía mi don, en que me convertía, en monstruos como ellos, y no quería eso para mí, no quería este estúpido don que no había hecho otra cosa más que darme problemas.
Esto no me podía estar pasando, yo no podía ser un monstruo, deje de correr y me recosté sobre una puerta de madera, “No, no puede estar sucediéndome esto a mí” repetía mientras me deslizaba hasta el piso y peinaba mi cabello hacia atrás en un gesto nervioso.
-Ayudaaa –una voz rasposa dijo al otro lado de la puerta.
Me envare enseguida, esa voz, la voz de Alexa, abrí la puerta de una patada, hubiera girado la perilla pero no esperaba que estuviera abierta, todo en lo que había estado pensado se esfumo cuando vi a mi hermana.
Estaba contra la pared, su ropa estaba desgarrada tal y como Alec se la había dejado, además estaba sucia y vi lo que mi desesperación en la sala no me permitió, ella había perdido peso, y lo peor de todo, ella no se sostenía por si sola sino que lo hacían los grilletes oxidados a los que estaba retenida, me entro tanta rabia que no me importaría utilizar mi don en estos momentos. Pero Alexa era primero.
-Alexa –dije casi en un susurro, no sabía cuánto tardarían en descubrir lo que había pasado y cuanto les llevaría encontrarme.
-No, por favor otra vez no Jane, hare lo que me pidas pero por favor ya no.
Lagrimas amargas se deslizaron por mi mejilla, cuanto la había torturado esa enana rubia, no quería ni pensarlo.
-Alexa soy yo, soy Leyla –dije acercándome a ella lentamente.
-¿Leyla?
-Si –respondí aliviada de que me reconociera.
-Aléjate de mí, aléjate –gritó, voltee a a puerta medio esperando que alguien estuviera ahí pero no había nadie.
-Sh, Alexa te van a oír, Voy a sacarte de aquí, solo déjame…
-Nooo. No, por favor, solo vete, solo, déjame en paz, ya déjame en paz
Probé el amargo sabor del rechazo, era lógico que no quisiera ni verme, yo era la culpable de todo esto, pero no estaba hablando de mí sino de sacarla a ella viva de toda esta basura
-Me alejare de ti y de mi... tu familia cuando te saque de aquí, te lo prometo –dije no muy lejos de ella.
-Y dime como planeas hacer eso exactamente –dijo una voz terriblemente conocida a mis espaldas haciendo que un escalofrió se deslizara por mi espalda.
-Alec –dije dándome la vuelta, él esta recargado en el marco de la puerta con los brazos cruzados y me observaba entre indiferente y enojado.
-No, por favor, ya paren esto –sollozó Alexa.
-Debe de hacerte sentir muy bien todo esto, una chica inocente traumatizada por su culpa, todos ustedes son unos…
-Yo que tu, cuidaría lo que digo.
-No tendría que insultarlos si no me dieran motivos, son un montón de monstruos sin escrúpulos.
-¿Enserio? –Preguntó sin perder su expresión mientras caminaba a mi alrededor en círculos- Vi lo que le hiciste a Paula, aprendes muy rápido de nosotros –dijo eso ultimo en mi oído haciendo que un jadeo escapara de mis labios, me maldije por eso mientras el sonreía casi con aprobación.
-Eso no fue a propósito… y yo no disfrute de su sufrimiento como lo hacen ustedes –dije sin esconder mi repulsión.
-En el fondo tu naturaleza es tan cruel como la nuestra –dijo muy seguro de sí mismo.
-Yo no soy como ustedes y no lo seré.-dije cuando se puso frente a mí de nuevo.
-Reconsidera eso humana, porque la que va a pagar es tu hermana, está mal alimentada pero su sangre es exquisita –dijo sonriendo de lado, hablando de hace unas horas cuando mordió a Alexa.
-¡¡Maldito!! –grite mientras me acercaba él, iba a borrarle esa sonrisa arrogante del rostro, debí haber pensado en que usaría su velocidad pero ya era tarde para eso, el había hecho que mis manos quedaran tras mi espalda. El problema, él las sostenía con las suyas pero nuestros cuerpos habían quedado demasiado cerca, podía sentir su torneado y duro abdomen a través de mi camisa –es decir la camisa que lo había obligado a darme.
-Cuidado con lo que dices –dijo mirándome desde arriba lo cual no me gustaba pero no podía hacer nada al respecto cuando me sacaba más de una cabeza… ¿todos tenían que ser más altos que yo?
-Eso es una amenaza o una advertencia –dije sin amilanarme, estaba equivocado si creía que iba a intimidarme.
-Las amenazas nunca se cumplen, pero yo si cumplo lo que digo. –dijo todo esto mientras se acercaba a mi retrocedí, pero me tenia bien sujeta, no le tenía miedo a Alec, solo no quería que se me acercara más porque de por sí ya sentía mis piernas hechas de gelatina y su olor dulce me estaba mareando y eso no contribuía en nada con mi pose de chica ruda, en cambio estaba quedando igual que una colegiala tonta.
-¿Debería estar asustada? –pregunte sin desviar la vista de sus ojos, no para demostrar nada sino porque de verdad estaba perdida en esas tonalidades granate.
Alec se inclino hasta mí, sentía como mi corazón golpeaba frenético mi pecho, me ruborice cuando recordé que Alec podía percibir mis aceleradas pulsaciones. Estaba paralizada, mientras él se acercaba cada vez más a mi hasta que nuestros labios se rosaron
-Deberías. –dijo contra mis labios entre abiertos apartándose.
Sonrió de forma arrogante y me observo.
-Tu corazón está bastante acelerado –dijo sonriendo de lado.
-Imbécil –dije mientras le daba una cachetada y me iba de ahí furiosa. Cuando pase a un lado de él me sujeto del codo haciendo que me girara y quedara pegada a su pecho, ni siquiera hice un esfuerzo por zafarme, lo cual era una locura, el estaba jugando conmigo pero por alguna razón yo quería ser su juguete, estar aquí de verdad me estaba afectando.
Estuvimos solo viéndonos a los ojos hasta que el pareció reaccionar y me soltó, dijo algo por lo bajo relacionado con humana y estúpida, ya lo había escuchado lo suficiente como para darme cuenta de que se refería a mí iba a replicar pero ya se había esfumado dejándome con la palabra en la boca.
Cuando pensé que solo me iba a quedar ahí, alguien llego; el mastodonte que hace unos momentos me había agredido.
-Hola humana –dijo pero sabía que nada bueno iba a salir de su “amabilidad”
Ni siquiera pude responder porque me golpeo en la cabeza con tanta fuerza que caí desvanecida al piso.
-Despierta humana –escuche vagamente y unas sacudidas hizo que me despertara un poco adolorida. Ese tipo… Felix me tenia sujeta por el cuello pero su mano era tan grande que no podía asfixiarme. Me dio unas palmadas en la cara hasta que estuve completamente despierta y consciente.
-Te voy a soltar –dijo él- si gritas romperé tu cuello, si intentas huir romperé tu cuello, si me insultas romperé tu cuello, quedo claro –lo fulmine con la mirada. –tomare eso como un sí.
Me soltó y empezó a hablar cuando yo no dije nada.
Por órdenes de Aro te quedaras aquí hasta que aprendas a cooperar.
Mire en todas las direcciones, estaba oscuro, la iluminación provenía de unas cuantas antorchas y veía sombras de tubos delgados por todas partes
-Si te das la vuelta tendrás una apreciación mejor –lo hice porque era posible que el me obligara a hacerlo de todos modos.
Felix tomo una antorcha que empezó a iluminar todo frente a mí, era una celda y lo que al principio creí que eran montones de ropa sucia resultaron ser personas, había vivido con estas personas toda mi vida que hubiera sido el colmo si no las reconociera, eran Courtney y Stephan, mis padres adoptivos.
-Oh, no puede ser –dije mientras me arrodillaba para ponerme a su altura– ¿Mamá? la llame, ella alzo la cabeza y una antorcha que iluminaba el lugar escasamente hizo que sombra y luz aparecieran el rostro de madre, sus pómulos eran angulosos y sus ojos saltones, ¿desde cuándo no habían comido?
-Mamá, soy yo, soy Leyla –dije.
-¿Leyla? Leyla, ¿donde está Jessica, donde esta mi hija? Leyla respóndeme.
-Mamá, yo lo siento todo esto es por mi culpa…
-Por supuesto que todo esto es tú culpa –la mire un poco sorprendida por su actitud tan agresiva. –Le dije a Stephan cientos de veces que tenerte con nosotros no nos iba a traer nada bueno, que una abominación como tu iba a arruinarnos la vida pero no quiso escucharme y ahora estamos atrapados aquí y mi hija está a merced de estos monstruos.
-Courtney en verdad lo lamento mucho. –vi la ira en los rasgos desnutridos de Courtney, bien me lo merecía pero dolía de igual forma, Felix me sujeto del codo y me obligo a levantarme
-Vamos, muévete.
-Quítame las manos de encima asqueroso… -torció los ojos y con la mano libre cubrió mi boca.
Sentí que era disparada cuando Felix me lanzo contra las paredes de la celda, una hora y tres bonitas heridas en la cabeza, pensaban que era de trapo o que -Tu nueva habitación –alcance a oírlo antes de irme por completo.
No estaba muy segura de que me había despertado, el goteo constante del agua filtrándose por el techo o el dolor de mi cabeza, lleve mis manos al pequeño montículo que se había formado, y recordé que la chica Felix me había hecho esto. Cuando me noqueo para traerme aquí, cuando me lanzo dentro del cuarto húmedo en el que me encontraba y para… para que respondiera.
¿Responder a qué?
Mi hermana.
Como se me pudo haber olvidado, tenía una hermana… por alguna parte del mundo y tenía que encontrarla antes de que lo hicieran estas personas, tenía que hacerlo, porque no sabía lo que podía pasar entonces, pero para eso tenía que salir primero de este lugar, y poner a salvo a Alexa y también a Courtney y Stephan.
-¿En qué me he metido? –pregunte en voz alta.
-En nada de lo que no puedas salir si empiezas a hacerle caso a tu sentido común y a dejas de comportarte como una tonta
-¿Desde cuándo estás ahí? –grite molesta. Como no había alzado la vista hasta que lo vi con luces de la antorcha reflejándose en su cuerpo no note que había algo que nos separaba (y no hablo de una frase tonta de telenovela barata sino a algo literal) delgados tubos se alzaban desde el suelo hasta el techo.
-Barrotes –dije reconociendo el terreno por primera vez desde que me había despertado- Ese imbécil amigo tuyo me encerró en una maldita celda
Me miro con cara de “¿En serio?” o tal vez era “Estúpida” no estaba segura.
-Te encanta estar conmigo o simplemente no tienes a algún otro pobre individuo a quien torturar aparte de mí –pregunte mientras me ponía de pie.
-Si lo prefieres puedo largarme con la llave que abre tu celda y dejar que te las arregles para salir por ti misma.
Lo fulmine con la mirada.
-Ya vas aprendiendo humana –dijo con una media sonrisa.
-Solo porque no quiero estar aquí –rezongue.
-Tus padres y tu hermana no sabían nada acerca de ti, solo te protegían, es una pena que los arrastres en esto –dijo de forma “inocente”
-En realidad dudo que sus vidas te importen solo ve al punto –el alzo una ceja.
-Los maestros quieren que formes parte de la guardia Vulturi
-¿Qué? –torció los ojos y casi podía escuchar sus pensamientos preguntándose si podría ser más estúpida.
-Acaso pensabas que solo te queríamos como pieza decorativa, es tu don lo que te ha salvado de ser el almuerzo.
-Ahora debo de estar agradecida, discúlpame si mi hermana agonizante, mis padres muertos de hambre y mi nueva habitación no provocan un gesto de gratitud –me ignoro y siguió hablando.
-Este es el trato... –lo interrumpí al escuchar eso.
-Yo no quiero ningún trato…
-Cierra la boca humana y pon atención –dijo interrumpiéndome, solo que él logro que yo diera un paso atrás- tu vida por la de tu familia
-¿De qué me estás hablando?
-¿No podrías ser más estúpida cierto?
-Ni tú más arrogante, cretino e insensible.
-En verdad estas acabando con mi paciencia, cuando vuelva quiero que tengas una respuesta
Fue lo último que dijo antes de dejarme con la palabra en la boca en medio del oscuro calabozo. Me recargue contra la pared húmeda como si eso pudiera reconfortarme, me deslice hasta llegar al suelo y quedarme sentada en la fría piedra…
Me abrace a mi misma como si con eso evitara que me cayera en mil pedazos.
¿Y ahora que voy a hacer?
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Bno aquí les dejo lo que creo que es el capítulo más largo que he escrito, espero que lo disfruten.
aahhh
ResponderEliminarq capi
me encanto
pobre leyla
siguela pliss
hoolap!!!!
ResponderEliminarno, no, no!!!!!
que pasara con sus ex-padres y con su hermanastra????
parte de la guardia????
no!
espero el cap! ok-
saludos! Feliz año!
mE encanto..........!!!FUE UN HERMOSO caPY,INTERESANTE,ATRAPANTE,GENIAL,TANTAS COSAS geniaLEs....poRFA PuBLICA PRONTO...
ResponderEliminarUn beso
Camy...
Hola soy tu nueva seguidora estoy muy feliz de que hayas vuelto a escribir me encanta ya quiero que publiques otro capitulo :DDDDD))))chaiitoo cuidate
ResponderEliminarlo ameee por favor siganla plisss
ResponderEliminarXFAA PUBLICA XAAAA
EliminarAHY PUBLIKAA PRONTO QUE DEJAN CON INTRIGAAAA! BESOS :*
ResponderEliminarHola!! Me pasaba por aquí para dejar mi bog http://vivalaleydeltemor.blogspot.com para que os hagais seguidores juju y así yo me haré del vuestro ;) Por cierto el blog increible :D
ResponderEliminarestuvo fascinante pero publica mas porfa
ResponderEliminarhola sigue escribiendo esta historia se que lleva un mes o mas que esta en pausa pero quiero saber que paso con esta chca si descubrio todo su pasado y encontro a su hermana, que hicieron los vulturi, etc... me gustaria que terminaras este proyecto
ResponderEliminarhola ya es noviembre y no has publicado síguela porfa porfa pilllll
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